Solo cuando entrego a la vida las riendas de mi propia vida,
permanezco serena.
Me hago entonces filtro transparente
a quien la vida misma atraviesa.
Solo cuando entrego a la vida las riendas de mi propia vida,
permanezco serena.
Me hago entonces filtro transparente
a quien la vida misma atraviesa.
Tras la fatiga del vivir, volví a la vida.
Tras patalear, paré.
Tras la queja, me reconcilié.
Tras querer morir, quise vivir.
El no negarse a vivir lo que toca,
el dar espacio para descansar en lo que hay,
tremendo arma de que dispongo para hacer frente a lo real.
Cansada de vivir, morí
Cansada de ser, no fui
Cansada de esperar, desesperé
Cansada de temer, asumí