La confianza como actitud vital II: Confiar en uno mismo no es confiar en uno solo

¿En qué instancia de sí cabe confiar? Todos sabemos, por propia experiencia, que la identidad es cuestión compleja: a veces nuestro interior parece una fiesta de múltiples caracteres que se alternan y en ocasiones altercan entre sí. Escuchamos en nosotros voces entrecruzadas, tendencias contradictorias, deseos opuestos, comportamientos incoherentes, trazos de carácter dispares en función del contexto en que nos encontremos. Parecemos ser muchos, no uno. Y en cierto nivel de nosotros, así es. Por otra parte, hay ciertas voces en nosotros que no parecen muy fiables: son egocéntricas y egoístas, carecen de serenidad y ecuanimidad, olvidan el amor, interpretan las cosas de forma gris y no nos hacen bien. Seguir leyendo «La confianza como actitud vital II: Confiar en uno mismo no es confiar en uno solo»

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La incertidumbre

Todos nos vemos enfrentados en un momento u otro a situaciones de incertidumbre: inestabilidad afectiva, familiar, laboral, geográfica, personal… Transitamos por épocas en las que la falta de certeza parece ser la ley: no sabemos qué vamos a hacer, por dónde proseguir nuestro camino, cómo lograremos salir adelante, de qué modo conseguiremos ganarnos el pan, en qué lugar viviremos o con quién lo haremos. Seguir leyendo «La incertidumbre»

Aceptar no es resignarse

La aceptación es un concepto cuya definición acostumbrada crea confusión y, en la práctica, resulta contraproducente. Solemos hacernos una idea bastante negativa de ella al equipararla con la resignación: “Aceptar -consideramos- es dejar las cosas como están, no movilizarse para cambiarlas, asumir que son y serán siempre así. Aceptar es tirar la toalla”. De esta forma juzgamos, no sin orgullo, que hay cosas inaceptables, que, incluso por cuestión moral, no han de ser jamás aceptadas.

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