La incertidumbre

Todos nos vemos enfrentados en un momento u otro a situaciones de incertidumbre: inestabilidad afectiva, familiar, laboral, geográfica, personal… Transitamos por épocas en las que la falta de certeza parece ser la ley: no sabemos qué vamos a hacer, por dónde proseguir nuestro camino, cómo lograremos salir adelante, de qué modo conseguiremos ganarnos el pan, en qué lugar viviremos o con quién lo haremos. Seguir leyendo «La incertidumbre»

Aferrar y soltar

El ser humano muestra una tendencia innata a aferrarse, a buscar seguridad allá donde va, movido por el afán de estabilidad. En nuestras vidas, acostumbramos a agarrarnos a un clavo ardiendo: cierto lugar, una pareja, un trabajo fijo… Sin embargo, nada de eso es eterno, no podemos conservar todo cuanto quisiéramos mantener: las parejas se rompen, los seres queridos fallecen, uno cambia, las circunstancias varían… Y sufrimos. Sufrimos porque nos apegamos a esas personas y situaciones, que no poseemos ni están garantizadas.

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Ejercicio: Amor como acción y amor como pasión

  • Introducción

Si hay un valor que mueve al ser humano, ese es el amor. Ahora bien, es un fenómeno extendido entender el amor como un recipiente vacío en el interior de cada cual que ha de ser llenado desde fuera. Al menos, eso muestra el comportamiento generalizado: vivimos esperando que lleguen a nosotros signos de amor, muestras de cariño, gestos de reconocimiento, aprobación, etc. Seguir leyendo «Ejercicio: Amor como acción y amor como pasión»

Aceptar no es resignarse

La aceptación es un concepto cuya definición acostumbrada crea confusión y, en la práctica, resulta contraproducente. Solemos hacernos una idea bastante negativa de ella al equipararla con la resignación: “Aceptar -consideramos- es dejar las cosas como están, no movilizarse para cambiarlas, asumir que son y serán siempre así. Aceptar es tirar la toalla”. De esta forma juzgamos, no sin orgullo, que hay cosas inaceptables, que, incluso por cuestión moral, no han de ser jamás aceptadas.

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El genuino saber filosófico

El verdadero conocimiento filosófico no es un conocimiento teórico: es un saber incorporado, cuya memoria no se traduce en el almacenamiento de datos ahí disponibles, sino cuya memoria es activa y se traduce en acción. No hay genuino saber filosófico sin teoría y práctica integrados el uno en el otro, pues no se posee, como se posee una información, sino que se es. Seguir leyendo «El genuino saber filosófico»